Las acciones estadounidenses han rebotado bruscamente desde sus mínimos de primavera tras los anuncios de "aranceles recíprocos", y algunos estrategas dicen que lo peor puede haber pasado, lo que prepara el escenario para una sesión de verano relativamente tranquila.
"Creo que el segundo trimestre va a sorprender al alza una vez más", dijo Andrew Slimmon de Morgan Stanley el jueves, citando fuertes expectativas de ganancias y una economía estable.
También advirtió que el panorama actual no es tan favorable como a principios de abril, cuando incluso noticias positivas moderadas provocaron fuertes repuntes. El S&P 500 ha subido alrededor de un 2% en lo que va de 2025.
Algunos sectores debilitados impulsaron el repunte, como los servicios de comunicación, la tecnología y el consumo discrecional. Pero abundan los acontecimientos políticos en los próximos meses, desde las negociaciones comerciales hasta la "gran y hermosa factura" de Trump.
La primera prueba de la determinación del mercado será la reunión de la Fed prevista para la próxima semana. Dos días después, se producirá la "triple brujería" y, a finales de mes, el reequilibrio trimestral de carteras.
Los CTA, que normalmente compran acciones cuando los precios del índice suben y venden cuando bajan, se posicionaron en largo en acciones a fines de mayo por primera vez desde principios de marzo después de que el S&P 500 superara los 5.800, según UBS.
Pero el índice debe superar los 6.000 para generar más interés, según el banco, y agregó que si el repunte del mercado se detiene pronto, los seguidores de tendencias se verán obligados a adoptar posiciones cortas netas sobre acciones y, a su vez, empujarán las acciones a la baja.
¿Comprar en junio?
El dicho "vende en mayo y vete" alude a un período de seis meses que termina en octubre y que históricamente ha sido el peor momento para las acciones. El problema es que acabamos de presenciar la mayor ganancia del S&P 500 desde 1990.
Solo ha sufrido pérdidas en junio una vez en la última década, según datos recopilados por Bloomberg. La inusual fortaleza del último mes plantea la duda de si este impulso se mantendrá en el segundo semestre.
Los gestores de fondos redujeron sus tenencias de efectivo y se abalanzaron sobre acciones estadounidenses a un ritmo frenético en mayo. Esto significa que el capital disponible para invertir en el mercado podría ser limitado, lo que complicaría sus perspectivas a corto plazo.
Un creciente grupo de estrategas de Wall Street argumenta que el índice de referencia tiene mayor margen de mejora. El director de estrategia global de Deutsche Bank, Bankim Chadha, elevó su objetivo de cierre de año de 6.150 a 6.550.
Barclays ha elevado su precio objetivo de fin de año para su índice de referencia a 6.050 desde 5.900, citando la disminución de la incertidumbre comercial y las expectativas de un crecimiento normalizado de las ganancias en 2026.
Se espera que los aranceles del próximo año no tengan un impacto directo adicional en comparación con este año, aunque los efectos secundarios sobre el crecimiento y la inflación podrían extenderse hasta 2026, señaló.
RBC Capital reveló en una nota a clientes el lunes que ha revisado su objetivo de fin de año a 5.730, desde 5.550, pero advirtió que aún es probable que el índice caiga desde los niveles actuales.
Todas las miradas puestas en el comercio
India ha adoptado una postura más firme en las negociaciones y ha impugnado los aranceles estadounidenses a los automóviles en la OMC. Pero Trump y su equipo están más interesados en llamar la atención sobre los avances con China como prueba de que su táctica ha funcionado.
Negociadores comerciales de Estados Unidos y China se han reunido en Londres. El tema principal de la agenda parece ser la flexibilización de las restricciones chinas a la exportación de tierras raras, la principal baza de Pekín.
La semana pasada, Trump afirmó en una publicación nocturna en redes sociales que era muy difícil llegar a un acuerdo con Xi. China se irritó por su reciente decisión de restringir las ventas de software para el diseño de chips.
También aumentó los aranceles al acero y al aluminio desde el 25% al 50%, cumpliendo su promesa de apoyar a los fabricantes nacionales, aunque un tribunal federal impugnó todos los aranceles establecidos bajo la ley de emergencia.
Los datos aduaneros mostraron que las exportaciones de China a Estados Unidos cayeron un 34,5% interanual en mayo en términos de valor, la caída más pronunciada desde febrero de 2020, mientras que el crecimiento total de las exportaciones se desaceleró al 4,8%.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, sugirió que Estados Unidos difícilmente podría llegar a un acuerdo con Vietnam para eliminar todos los aranceles, porque cree que la nación es un centro para el llamado transbordo de productos chinos.
El tiempo apremia para Trump, ya que la pausa de 90 días sobre el aumento de aranceles a China se extiende hasta agosto. Si las negociaciones prosperan, existe la posibilidad de que el S&P 500 alcance un nuevo máximo, señaló la mesa de operaciones de JPMorgan.
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