El dólar australiano se estabiliza mientras el RBA considera más recortes de tasas y se avecinan tensiones comerciales, lo que mantiene la tendencia del AUD sensible a los cambios de política global.
La tendencia del dólar australiano ha vuelto a captar la atención de los inversores, ya que los mercados se preparan para un posible recorte consecutivo de las tasas de interés por parte del Banco de la Reserva de Australia (RBA) y la creciente incertidumbre geopolítica en torno a las políticas comerciales globales. Si bien el dólar australiano (AUD) se ha beneficiado de la reciente debilidad del dólar estadounidense, sus próximos movimientos probablemente dependerán de las señales políticas del RBA y de la evolución de las tensiones comerciales internacionales.
Ante la disminución de las presiones inflacionarias y el bajo nivel de gasto interno, se espera ampliamente que el RBA reduzca la tasa de interés en efectivo en 25 puntos básicos, hasta el 3,6%, en su decisión del 8 de julio. De concretarse, esto marcaría el segundo mes consecutivo de recortes de tasas, un claro giro hacia la flexibilización monetaria. A pesar de ello, la tendencia del dólar australiano se ha mantenido relativamente estable, lo que indica que los mercados podrían ya haber descontado la decisión. Aun así, los operadores seguirán de cerca los comentarios de la gobernadora del RBA, Michele Bullock, para obtener pistas sobre el ritmo y el alcance de la futura flexibilización monetaria.
El panorama económico australiano ha cambiado notablemente desde la última vez que el Banco de la Reserva de Australia (RBA) mantuvo estables los tipos de interés. La inflación se ha acercado al rango objetivo del RBA del 2-3%, y el consumo de los hogares ha mostrado signos de tensión. Las encuestas de confianza del consumidor siguen reflejando un pesimismo impulsado por las presiones del coste de la vida y el limitado crecimiento salarial.
Estos factores han dado al RBA margen para actuar con mayor decisión. La mayoría de los economistas creen que es probable un segundo recorte de tipos en julio, lo que situaría el tipo de referencia en el 3,6 %. Los precios de mercado sugieren que el tipo de interés al contado podría seguir bajando, hasta el 3,1 % para finales de año, suponiendo que la inflación se mantenga bajo control y la actividad económica se modere aún más.
Sin embargo, algunas instituciones, como Bank of America, argumentan que el RBA podría optar por una estrategia de espera. Esta opinión se ve respaldada por el hecho de que la inflación subyacente se mantiene en el límite superior del rango objetivo, y el RBA no ha mostrado urgencia en flexibilizar la política monetaria más allá de lo necesario.
Con el recorte de tasas de julio prácticamente descontado, la atención se centra ahora en las previsiones de inflación. Las declaraciones de la gobernadora Michele Bullock en la conferencia de prensa posterior a la decisión probablemente influirán en la dirección del mercado a corto plazo, sobre todo si adopta un tono más moderado.
Cualquier indicio de que el RBA esté dispuesto a continuar recortando tipos en los próximos meses podría lastrar el dólar australiano, especialmente si se combina con señales de debilidad en el gasto de los hogares o la demanda global. Por el contrario, un mensaje más cauteloso que enfatice la dependencia de los datos podría ayudar a estabilizar la moneda y evitar que la tendencia del dólar australiano siga decayendo.
La decisión política del RBA coincide también con la inminente fecha límite del acuerdo arancelario recíproco con EE. UU., lo que podría añadir nueva volatilidad a los mercados globales. El aumento de las tensiones comerciales podría debilitar las divisas vinculadas a las materias primas, como el dólar australiano (AUD), en particular si las exportaciones australianas se ven afectadas indirectamente por las interrupciones en la cadena de suministro global.
Los analistas señalan que la tendencia a medio plazo del dólar australiano podría verse fuertemente influenciada por la trayectoria de la política comercial estadounidense. Si se imponen aranceles o se deteriora la percepción del riesgo global, el dólar australiano podría enfrentar dificultades. Por otro lado, si las tensiones comerciales disminuyen o se logran avances diplomáticos, el dólar australiano podría recuperar terreno y continuar su tendencia alcista frente al dólar estadounidense.
A pesar del potencial de volatilidad a largo plazo, la mayoría de los economistas creen que la reacción a corto plazo del dólar australiano al recorte de tipos de julio será moderada. Dado que la decisión es ampliamente esperada y ya está descontada en los precios, el impacto inmediato en el mercado podría ser moderado, a menos que el RBA sorprenda con un tono más agresivo o indique una aceleración de la flexibilización monetaria.
En lo que va de 2025, el par AUD/USD ha ganado aproximadamente un 5%, impulsado principalmente por la debilidad del dólar estadounidense. Por lo tanto, gran parte de la reciente fortaleza de la tendencia del AUD podría reflejar factores externos más que resiliencia interna.
La tendencia del dólar australiano en la segunda mitad de 2025 probablemente dependerá de la delicada interacción entre la flexibilización monetaria interna y la evolución del comercio internacional. Si bien un recorte de tipos bien anunciado podría tener un impacto mínimo a corto plazo, el tono del Banco de la Reserva de Australia (RBA) y la evolución de los riesgos geopolíticos influirán en la confianza de los inversores en el futuro.
Si las tensiones comerciales se intensifican o si el RBA da señales de una mayor expansión monetaria, el dólar australiano podría enfrentarse a una nueva presión. Sin embargo, la moderación de la inflación y los recortes moderados de los tipos de interés también podrían impulsar un ajuste más ordenado, ayudando al dólar australiano a encontrar estabilidad en un panorama global volátil.
Los operadores harían bien en observar no sólo las acciones inmediatas del banco central, sino también la narrativa más amplia que configura la posición de Australia en un mundo económico cambiante.
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