Publicado el: 2025-10-16
Las acciones de Intel han vuelto a brillar en los tableros de Wall Street.
Después de varios meses de inestabilidad y dudas sobre su futuro, la compañía sorprendió al mercado con el anuncio de un nuevo chip de inteligencia artificial. El resultado fue inmediato: una fuerte subida en su cotización y un renovado optimismo en torno a la marca.
El chip, llamado Crescent Island, está diseñado para centros de datos y enfocado en tareas de inteligencia artificial. El anuncio llegó en un momento clave, justo cuando los inversionistas pedían señales claras de que Intel aún tiene lo necesario para competir frente a gigantes como NVIDIA y AMD.
El producto fue presentado durante el Open Compute Summit, donde el director de tecnología de Intel, Sachin Katti, detalló que Crescent Island combina alto rendimiento con bajo consumo energético.
La propuesta está pensada para compañías que buscan integrar inteligencia artificial sin depender de soluciones costosas de sus competidores.
Aunque el chip todavía se encuentra en fase de pruebas, ya ha despertado interés entre varios clientes corporativos y socios estratégicos.
Ese entusiasmo se reflejó rápidamente en el mercado: las acciones de Intel subieron más de un 6 % tras el anuncio, marcando uno de los mejores desempeños semanales del año.
El comportamiento de las acciones de Intel en 2025 ha sido todo un vaivén. Durante los primeros meses del año, el título sufrió por la caída de ingresos en sus divisiones tradicionales. Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar a partir de septiembre, cuando la empresa anunció nuevos planes de inversión y ajustes operativos.
A inicios de septiembre, las acciones de Intel cotizaban cerca de 25 dólares.
Hoy, tras el anuncio del nuevo chip, superaron los 37 dólares por acción.
Esa recuperación de más del 47 % no solo refleja la buena recepción del mercado, sino también una sensación de que Intel está empezando a adaptarse a las nuevas tendencias del sector.
El avance de las acciones de Intel no fue un golpe de suerte. Detrás hay una combinación de factores que alimentaron la confianza:
El auge de la inteligencia artificial, que impulsa la demanda global de chips de alto rendimiento.
Una estrategia renovada, centrada en eficiencia y tecnología aplicada.
El apoyo de NVIDIA, que invirtió 5 000 millones de dólares en Intel, enviando una señal fuerte al mercado.
Una gestión más prudente de los costos, con recortes y reorganización interna.
Todo apunta a que Intel está intentando recuperar la disciplina que la caracterizó durante décadas y que la llevó a dominar el mercado de los semiconductores.
El movimiento no pasó desapercibido en América Latina.
En México, analistas y gestores de fondos tecnológicos reportaron un aumento del interés por acciones de Intel, aprovechando el impulso global del sector de inteligencia artificial.
Varios inversionistas consideran que el repunte actual puede ser una oportunidad de entrada, especialmente si la compañía logra consolidar los resultados positivos de este trimestre.
En los mercados regionales, Intel es vista como una acción sólida y con historia, que ahora vuelve a mostrar signos de vida después de un largo periodo de dudas.
A pesar del optimismo, los especialistas advierten que no todo está resuelto.
Intel sigue enfrentando presiones competitivas intensas: NVIDIA mantiene una posición dominante en chips para entrenamiento de modelos de IA, mientras que AMD avanza rápidamente con soluciones propias.
Además, la unidad de fundición de Intel aún no alcanza los niveles de rentabilidad esperados.
Algunos analistas señalan que las acciones de Intel podrían estar subiendo más rápido de lo que justifican sus resultados actuales.
En los meses siguientes, el foco estará en tres aspectos principales:
Las pruebas de rendimiento de Crescent Island. Si los resultados son positivos, Intel podría recuperar cuota de mercado frente a sus rivales.
La concreción de nuevos contratos. Grandes empresas de nube y centros de datos están observando de cerca el producto.
Los resultados financieros del cuarto trimestre. Los inversionistas esperan ver reflejado el impacto del nuevo chip en las cifras oficiales.
Si todos esos elementos se alinean, las acciones de Intel podrían mantener su tendencia alcista y cerrar el año con una de las recuperaciones más sólidas del sector tecnológico.
Durante años, Intel fue sinónimo de innovación.
Sin embargo, la compañía perdió terreno cuando competidores más ágiles y enfocados en inteligencia artificial tomaron la delantera.
El lanzamiento de Crescent Island representa un intento por recuperar ese ADN creativo que alguna vez la distinguió.
El mensaje que la empresa envía con este nuevo chip es claro: no está dispuesta a quedarse atrás.
Con una combinación de tecnología avanzada, estrategia renovada y respaldo financiero, Intel quiere volver a ser un referente mundial en la industria de los semiconductores.
El repunte de las acciones de Intel marca algo más que un movimiento de precios. Es una señal de que la compañía está volviendo al juego, con una apuesta ambiciosa por la inteligencia artificial.
Aunque el camino no será sencillo, el lanzamiento de Crescent Island ha devuelto la confianza a los inversionistas y ha reavivado el interés por una marca que muchos daban por estancada.
Por ahora, el mercado celebra. Las acciones de Intel recuperan brillo, los analistas hablan de un nuevo comienzo, y los inversionistas vuelven a mirar hacia la empresa con una mezcla de esperanza y cautela.
Después de todo, en tecnología, reinventarse siempre ha sido parte del éxito.
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